viernes, 14 de septiembre de 2007

Registro del clásico

Durante el verano, en febrero para ser exactos, invite a un grupo de amigos a disfrutar de una pichanga, la que dio origen un comentario en mi blog explicando el plato en cuestión, además de incentivar a mi amigo Hugo Campos a hacer el intento de preparar el plato en su hogar en compañía de familiares.

Lamentablemente en esa oportunidad me fue imposible hacer el registro fotográfico correspondiente, por lo que quede en deuda con ello. Pues bien, como dice el dicho, no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, porque el día martes 11 de septiembre, en un antojo incontrolable de mi querida amiga Ana María Campano, armamos una junta para disfrutar nuevamente de una rica pichanga, sin mediar motivo alguno más que el patache. La diferencia con la ´ultima vez es que ahora si la fotografíamos



Como pueden ver, es bastante apetitosa y una excelente forma de ir preparando el estomago para lo que será este 18 y la verdad es que pudimos solo tomar estas 2 fotos porque el que pestañea pierde!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te pasaste!!!! Qué preparación más tentadora. Voy a tener que mostrársela a mi cuñado, un autodeclarado pichanguero (de las comestibles porque de las circulares no ve una). Ya sabe, cuando pase por la capiptal, tendré que autoimponerme el desafío de invitarlo a algún reducto golozo, gulesco y generador de poncheras!! salu2!! PD: Otra cosa es con cámara!!!

maquique dijo...

Juan Pablo: por favor!! de todas maneras, ya que estoy en permanente busqueda de esos lugares en la capital, de hecho, cada vez que voy tengo como paso obligado el domino (ahumad y huerfanos, su casa matriz) y el rápido, si no pasó, es como si no huebiese estado en santiago.

Hugo dijo...

Notables fotos Manolo...Ya ma imagino como estuvo eso.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Increible... Viva el colesterol con sabor a weno, y no sabré yo lo que es weno en lo que a pataches se refiere, que me he llegado a especializar en comidas outdoor... ahhh como está esa???, asi es que cuando venga por la hermosa ciudad de Temuco, acuérdese de traer su cámara, plato, cuchillo y tenedor para degustar una riquísima palanca kaisser en mi casa, con mi pancho y mi carbón.

Un fuerte abrazo Manuel,
Jaime Vargas L.
Temuco